La historia de América Latina comienza con el desarrollo de los pueblos amerindios durante la época precolombina. Las expediciones españolas hacia América a partir de 1492, fecha del descubrimiento de América por la Corona Española, fueron el inicio del proceso de colonización del continente. Es en el Siglo XIX cuando las naciones latinoamericanas se separaron de sus antiguas metrópolis —España, Portugal y Francia— y comenzaron su vida independiente. En algunos países, los conflictos de intereses entre élites políticas o económicas se ha reflejado en inestabilidad política, guerras civiles e internacionales. En contraste, también se han realizado esfuerzos de integración política, económica y cultural entre los pueblos latinoamericanos.
Período precolombino
Antes de la llegada de Cristóbal Colón la región era el hogar de muchos pueblos indígenas y las civilizaciones avanzadas, como los aztecas, toltecas, los mayas, nazcas e incas. La edad de oro de los mayas comenzó alrededor del año 250, con las últimas dos grandes civilizaciones, los aztecas y los incas, emergiendo en la prominencia más tarde a principios del siglo XIV y mediados de los siglos XV, respectivamente. Las civilizaciones americanas descubrieron e inventaron elementos culturales decisivos para la humanidad como avanzados calendarios, complejos sistemas de manipulación genética como la que generó el maíz y el 75% de los alimentos actuales, así como un dominio en el trabajo de la piedra, sistemas de gestión ambiental de amplias zonas geográficas, avanzados sistemas de riego, nuevos sistemas de escritura, nuevos sistemas políticos y sociales, una avanzada metalurgia y producción textil, etc.
Colonización Europea
La colonización europea de América comenzó a finales del siglo XV después de que Cristóbal Colón llegara en 1492 con el mecenazgo de la Corona de Castilla. A partir de ahí, el Imperio español, el Imperio portugués, el Imperio Británico, Francia y Holanda, conquistaron y colonizaron algunos territorios y poblaciones que ya habitaban el continente. El Imperio español y el Imperio portugués fueron los primeros en realizar la conquista, y se asentaron principalmente en Norteamérica, Centroaméricay en el área andina de Sudamérica (imperios Azteca e Inca, respectivamente). España fue la potencia que mayor presencia colonial impuso en América. Tomó posesión por la fuerza de los dos grandes imperios existentes en América en ese momento: en América del Norte llegó a apropiarse del Imperio azteca, en el actual México, estableciéndose en sus ciudades.
Independencia Hispanoamericana
Las guerras de independencia hispanoamericanas fueron una serie de conflictos armados que se desarrollaron en las posesiones españolas en América a principios del siglo XIX, en los cuales se enfrentaron grupos independentistas contra autoridades virreinales y los fieles a la Corona española. Dependiendo el punto de vista desde el cual se aborden, estos procesos emancipatorios pueden verse como guerras de independencia o guerras civiles, o bien, una combinación de diversas formas de guerras.
Los movimientos independentistas de América Hispánica adquirieron formas variadas de acuerdo con las condiciones que imperaban en cada región. La crisis política en España y la ocupación de su territorio por parte de Francia en 1808 constituyen dos hechos que incentivaron el independentismo en Hispanoamérica. Como respuesta a la entronización de José Bonaparte en España, entre 1808 y 1810 se instalaron juntas de gobierno que ejercieron la soberanía ante la ocupación francesa, tanto en la península como en las posesiones de ultramar. Las diferencias entre España y las colonias se fueron agudizando después de esa crisis, lo que finalmente desencadenó los movimientos armados independentistas hispanoamericanos. La lucha armada entre los americanos y los ejércitos coloniales inició alrededor del 1810 en la mayoría de los dominios españoles.
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia establecieron relaciones comerciales con los nuevos gobiernos americanos y posteriormente reconocieron la soberanía de los nuevos estados a lo largo de la década de 1820. Sin embargo España sólo abandonó los planes de reconquista después de la muerte de Fernando VII, ocurrida en 1833. Las Cortes españolas renunciaron a los dominios americanos en 1836 y autorizaron al gobierno para que pueda realizar tratados de paz y reconocimiento con todos los nuevos estados de la América española
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